Inmaculada Guardia

Recuerdo claramente el momento en que finalicé mis estudios universitarios y comencé mi carrera como dentista general. Fue una etapa llena de aprendizaje y descubrimiento, donde pude adquirir una visión global de los problemas más comunes en el campo de la odontología. Durante esos años, tuve la oportunidad acercarme a diversas ramas, como cirugía, periodoncia y odontopediatría, entre otras.

De entre todas las especialidades, la ortodoncia despertó mi interés de una manera especial. No solo me gustaba, sino que además descubrí que tenía habilidades naturales para esta disciplina. Ver a los pacientes solucionar sus problemas de salud oral, mejorar su estética y experimentar una mayor confianza, me impulsó a realizar un máster en ortodoncia y ortopedia dentofacial.

Desde mis inicios como ortodoncista, he mantenido una mentalidad abierta y he valorado la importancia de la formación continua. A medida que los sistemas de brackets evolucionaban, yo crecía junto con ellos. Me familiaricé con los brackets autoligables, linguales y estéticos, y finalmente llegó la revolución de la ortodoncia con alineadores. Este enfoque moderno no solo llegó para quedarse, sino que se ha convertido en una tendencia creciente entre los pacientes.